domingo, 5 de marzo de 2017

¿ALGODONES DE AZÚCAR?

Se preguntarán por qué este blog inicia hablando sobre los dulces y esponjosos “algodones de azúcar”; pues les sorprenderá lo interesante que pueden resultar, ya que va más allá de ser sólo un manjar de feria ya que hay una química importante y atrayente en su composición.

De hecho, algunos investigadores utilizan máquinas de algodón de azúcar para ayudar al desarrollo de nuevos tejidos en el laboratorio, pero antes de entrar en detalle, veamos ¿Cómo se hace?

El punto de partida del algodón de azúcar es azúcar sólido, el cual se vierte en una pequeña tolva con un calentador eléctrico.


Rodeando la entrada de la tolva hay un aro con minúsculos agujeros, y alrededor de este hay un gran recipiente de metal que se asemeja a una sartén de gran tamaño.


A medida que el calor derrite el azúcar y lo hace líquido, un motor pone en marcha todo el sistema de hilado.

El azúcar líquido es arrojado por la fuerza del giro a través de los diminutos agujeros hacia el otro lado, como un manojo de trapos casi invisible.

Mientras la masa de azúcar comienza a derretirse, separándose en piezas muy pequeñas, deja un área de superficie mucho mayor que antes –gran parte de la misma expuesta al aire frío– y pasa de líquido a sólido en un instante.

La telaraña de azúcar resultante se colecta del interior de la enorme sartén y se puede utilizar un cono de papel para levantarlo y crear esa forma que nos resulta tan familiar.

Las máquinas de algodón de azúcar hacen de este proceso algo relativamente sencillo, pero hace un tiempo existían personas que lo confeccionaban manualmente. La primera máquina para hacer algodón de azúcar fue patentada en 1987.

Luego de eso, se hicieron mejoras a la máquina, que aparentemente tenía un problema con la vibración, pero el artefacto original sigue siendo similar al que se utiliza hoy día.



Este método para fabricar un compuesto sólido de un material líquido tiene potenciales aplicaciones médicas.

Científicos de la Universidad de Vanderbilt (en Nashville), están utilizando máquinas de algodón de azúcar para desarrollar células, como parte de un programa para crear tejidos artificiales.

Un problema con los geles actualmente empleados por los científicos que trabajan en este campo, es que estos no siempre son lo suficientemente porosos, por lo que las células no pueden poblarlos.

Pero el equipo de Vanderbilt utiliza su máquina para hacer girar una nube de polímeros incrustados en un gel y después hace que estos se disuelvan, dejando atrás una intrincada red de vasos.

El 90% de las células que se crearon en esta estructura siguen vivas una semana más tarde, comparado con una tasa de sobrevivencia de entre el 60% y el 70% para los geles sin vasos.


Así que mientras saboreas tu maravillosa nube de algodón de azúcar, que se derritió y se hizo sólida de nuevo en un abrir y cerrar de ojos,  ¿te habrías imaginado que con ese mismo proceso se podrían fabricar nuevos tejidos?



Actividades:
1. Elabora un pequeño glosario de las palabras que no te resultan familiares y su respectivo significado.
2.    Investiga y redacta ¿Qué es un polímero y su importancia en la industria de los alimentos?
3.    Elabora una lista de 10 Polímeros Naturales y 10 Polímeros Sintéticos
4.    Investiga sobre el proceso de elaboración industrial de tu golosina favorita y redacta brevemente tus hallazgos.
5.    No olvides citar la bibliografía que consultes.

Entregar la próxima clase en su respectivo portafolio.